Escribe: Angélica Beltrán
Las constantes visitas del Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken a México forman parte de la misión iniciada con el gobierno del presidente López Obrador, a través de cuyo mandato, la migración pasó a ser un problema compartido entre nuestro país y la Unión Americana.
Desde Alfonso Durazo como secretario de Seguridad Pública en el arranque del presente sexenio, trascendió que el trabajo que EU encomendó a México fue hacer de la frontera sur mexicana el dique de la migración de latinoamericanos hacia el país del norte, a través de la recién creada Guardia Nacional. Y así ha sido.
A la fecha, la migración de latinoamericanos contenida en territorio nacional ha comenzado a causar problemas en los estados de la República donde han quedado varados cientos de migrantes que deambulan por las calles de las principales ciudades del país como la Ciudad de México; de por sí sobrepoblada y con carencias de servicios y vivienda para sus habitantes.
De no tomar México una decisión contundente y firme para permitir el flujo migratorio hacia Estados Unidos -un país que cuenta ya con un sofisticado sistema de migración-, el problema se agravará para México en cuanto a seguridad, transporte público, alimentación y empleo.
Ante el problema que se vuelve una bola de nieve, el único funcionario que ha puesto los puntos sobre las íes es el jefe del gobierno capitalino, Martí Batres, quien, si bien reconoce los derechos humanos de los migrantes, en la mañanera de este miércoles puso énfasis en que no se puede atender a los migrantes descuidando a los capitalinos.
Lo cierto es que la migración de latinoamericanos comienza a agravarse para México; y ante la creciente llegada de migrantes quedará rebasada la posibilidad de nuestro país de contener a EU el flujo migratorio. Así, antes de pensar en el humanismo, es necesario que el gobierno federal priorice en este caso el nacionalismo.
Giovani el tramposo
Muchas denuncias ciudadanas se han escuchado de colonos de la alcaldía Coyoacán contra el alcalde de esa demarcación, el panista Giovani Gutiérrez, quien ha iniciado veladamente su campaña reeleccionista y de una manera burda y tramposa, pasando por encima las leyes electorales.
Grupos de colonos se han manifestado en calles principales como Eje 10, Pacífico y Cafetales, ante vejaciones sufridas por parte del alcalde y trabajadores del gobierno de la alcaldía, previo al día 24 de diciembre; cuando fueron citados en el centro de eventos Gran Fórum de Taxqueña, para la entrega de un pavo para la cena de navidad.
Sin embargo, de los miles de colonos citados, a quienes se les exigió entregar fotocopia de la credencial de elector y el CURP, no se les entregó el “regalo navideño”.
Una burla a la ciudadanía, entre la que se encontraron personas de la tercera edad, de escasos recursos; que, pese a las bajas temperaturas, asistieron y esperaron horas, sin éxito, que el alcalde Giovani cumpliera lo prometido. Y como no cumplió, queda claro que la gente ya decidió no apoyar con su voto la reelección del panista tramposo y falto de respeto hacia la ciudadanía.
