El mérito de Carlos ‘El Chispa’ Gastélum

Columna política del licenciado Bulmaro Pacheco Moreno

Escribe: Bulmaro Pacheco Moreno

Carlos Gastélum Ochoa (a) El Chispa luce relajado, de buen talante, satisfecho con su carrera deportiva y optimista ante el futuro. A meses de cumplir 44 años de edad se muestra sano, sin lesiones físicas y con nuevos proyectos en el equipo Toros de Tijuana, su próxima estación como coach de primera base en la Liga Mexicana de Verano.

¿Retirado como jugador, tan joven, Carlos? Sí, dice. La carrera profesional en el béisbol dura poco tiempo, pocos años, lo que dura la capacidad de resistencia y las habilidades para el juego en la posición que haya uno elegido; en mi caso, casi todo el tiempo, la segunda base.

Inició como profesional a los 17 y se retiró como jugador a los 39; es decir, 22 años de una carrera duradera, consistente, productiva.

A diferencia del béisbol que se practica en los Estados Unidos, en México no existen las prestaciones laborales que allá disfrutan los deportistas, sobre todo la sindicalización, los seguros, y las pensiones que disfrutan los jugadores retirados, pues la rudeza del deporte de los guantes y las pelotas con todo y sus altas y bajas, desgasta rápidamente las facultades y capacidades de quienes lo practican, y no es raro verlos retirados con menos de 50 años de edad, como es el caso del “Chispa” Gastélum, motejado así desde Puebla, por su movimiento e hiperactividad…dice.

En el deporte profesional mexicano nadie tiene seguro nada, afirma, ni los managers, ni los jugadores en su retiros, si no ahorran y cuidan el dinero, están fritos, e indefensos ante lo que sigue de la vida…dice Gastélum, por eso hay que cuidarse y seguir trabajando, ratifica.

El caso de “El Chispa” Gastélum ha sido sui generis. Retirado como jugador muy joven, ahora es manager y coach de equipos, tanto en la Liga Mexicana de Verano como la Liga Mexicana del Pacífico.

Retirado de los Naranjeros de Hermosillo en 2018, jugaría una temporada con Mazatlán y en 2019 se integra como jugador y mánager de los Pericos de Puebla.

Los números de la carrera profesional de Carlos Gastélum hablan por sí mismos: En ambas ligas: 2,721 juegos jugados; 10,121 veces al bat; 1,608 carreras anotadas; 2,920 hits; 383 dobletes; 69 triples; 73 jonrones; 957 carreras producidas; 845 bases por bolas; 252 bases robadas; 1,126 ponches y un porcentaje de bateo por vida en ambas ligas de .289. Buenos números sin duda, para alguien hecho en la dura competencia y en la práctica diaria de un deporte que apasiona a muchos.

Nacido en Huatabampo, un 29 de octubre de 1979, Carlos es hijo de Gerónimo Gastélum Valenzuela y Eulalia Ochoa Barreras.

Mostró aptitudes para el deporte jugando en las ligas municipales y formado en estadios populares desde los 6 años, en organizaciones deportivas, tanto la “hermanos Ibarra Cevallos” con Clemente López, la de Héctor “Peinado” Mendívil, la de Gary Almada y los grupos del afamado “Hüilo” Alcorcha, to-davía activo en la promoción del deporte entre los niños.

Gastélum combinó la práctica del deporte con su educación: el nivel primario en la Jesús García, después en la secundaria federal y posteriormente la preparatoria en el Colegio de Bachilleres.

Aún aspira —y bien que no decline— a terminar la prepa completa, y en el futuro a cursar la carrera de químico biólogo.

Todo en sus inicios fue consultado con su padre Gerónimo, en quien reco-noce tolerancia, comprensión, un gran impulso y una gran ayuda a la hora de manejar las alternativas y decisiones de la vida, como aquella ocasión que le ayudó a resolver su dilema: ¿la escuela o el beisbol?

No tardó mucho en que el recordado parador en corto de Los Mayos y los Astros de Houston, Mario Mendoza —aquel que le aconsejara “aprender a jugar siempre con dolor físico”—, que lo estuvo observando en un seleccio-nado semi-profesional en Durango en 1995, lo firmara para la sucursal de Los Angelinos de Anaheim donde permaneció cinco años.

Inquieto y movido siempre, aceptó un contrato con Los Pericos de Puebla a los 22 años jugando como ‘short stop’, bajo la vigilancia del manager Juan Bellazetin. A la mitad de la temporada se cambia al Tigres de México (ahí duró 17 años), cuando el manager era Ché Reyes y se queda con ellos en sus diversas sedes incluyendo la de Quintana Roo.

En el 2001 Juan Aguirre lo reclutó para los Naranjeros de Hermosillo. Permaneció como titular de la segunda base desde el 2002 al 2018 alternando por mucho tiempo como la mejor llave de ‘doble plays’ de la liga con José Luis el “Borrego” Sandoval —retirado en 2012 y concentrado posteriormente con los Diablos Rojos—.

Ahí coincidió “El Chispas” con algunos de los mejores jugadores, como Ma-ximino León, Derek Bryant, Matías Carrillo, Vinicio Castilla, Luis Alfonso García, Fernando Valenzuela y Erubiel Durazo, entre otros.

Al igual que el orgullo por Gastélum, Huatabampo ha sido tierra de grandes jugadores de béisbol en la historia. El referente más mencionado ha sido Baldomero“Melo” Almada Quirós, que logró pichearle incluso al mismo Babe Ruth, cuando Almada jugaba para Los Angelinos de California.

La familia de “Melo” Almada —sobrino de Benjamín, alcalde asesinado de Huatabampo en 1915— tuvo que salir del pueblo por problemas políticos de

la época y se fueron a radicar a los Estados Unidos, cuando Melo rondaba apenas los 10 años de edad.

Muy recordados en el pueblo han sido también; Marcelino Montoya (Tigres de México) y Guillermo “Gato” Vásquez (Diablos rojos).

A quienes se les suman: Enrique Escalante y Gumaro Corral, Candelario Morales y José Ramón Rocha, Ramón Escalante, Sergio Cota, Jesús Anto-nio Barrera,Saúl Valenzuela, Manuel de Jesús Nieblas, José “Chico” Bojór-quez, los hermanos Jesús y Raúl Paredes —de la comunidad El Caro—, Héctor “El Caballo” Heredia—de El Júpare—,Mario Alberto Cota de la colo-nia Ibarra, Fernando Gómez y Alfonso Paredes,Ismael Domínguez y Rubén “pulga” Mercado.

Fue hasta Fernando Salas, que Huatabampo dio otro jugador de ligas mayores. El oriundo de la Colonia Unión trabajó activamente con Saraperos de Saltillo y Cardenales de San Luis, su padre Cesáreo jugó por poco tiempo con los Indios de Juárez, Fernando sigue activo ahora con los Naranjeros de Hermosillo.

Después vendrían Randey Dórame (fallecido recientemente), de El Sahuaral, con Dodgers; Carlos Bustamante de Agiabampo, Luis Márquez, de El Tábare lanzador con los Naranjeros y el Aguila de Veracruz y Alejandro Soto, de Pueblo Viejo, de los venados de Mazatlán.

Aurelio López Ríos, el afamado “buitre de Tecamachalco”, empezó jugando en Huatabampo mientras su padre trabajaba en la construcción de drenes para recursos hidráulicos a los 16 años. Calificado como el pitcher mexicano de mayor velocidad en la historia, López jugó 11 temporadas en grandes ligas, con un campeonato mundial con Detroit en 1984. Roberto Méndez “Pito Pérez”, de Sinaloa, también se fogueó en sus inicios en Huatabampo y llegó a jugar más de 20 temporadas con Jalisco.

Carlos Gastélum ha sido un beisbolista de calidad, muy profesional y disciplinado con excepciones y originalidades: duró dos años seguidos sin co-meter errores, además de cambiar su guante Wilson cada dos años, es recordado por haberse robado tres bases en una sola entrada; segunda, tercera y el Home, algo que en la historia, solo tres jugadores del beisbol mexicano han logrado, entre ellos el “Houston” Jiménez.

Participó en tres campeonatos con los Naranjeros y uno en Serie del Caribe. Afirma que el beisbol es una verdadera carrera y para entrarle se requiere de auténtica vocación y coincide con el filósofo cuando dice que “sin ambición, uno no empieza nada y sin trabajo, uno no termina nada”, tiene razón.“Necesitas pasión, consistencia, disciplina y ponerle emoción para de-dicarte al deporte de por vida, también acostumbrarte a tratar con el púbico, respetarlo y y aguantar la carrilla, y afirma: Hay que saber retirarse a tiempo

y buscar nuevas alternativas para seguir vigente, y en eso coincide con Bacon cuando afirma: “Siempre debemos predicar con nuestro ejemplo si deseamos que terceras personas puedan tomarnos en serio”. “El Chispa” orgullo Mayo, orgullo del Sur…Y de Huatabampo.

bulmarop@gmail.com