Badiraguato, Sinaloa.- Las niñas Leydi y Alexa, que fueron asesinadas el pasado día 6 de mayo en Badiraguato, recibieron hoy el último adiós de parte de amigos, familiares y compañers de clases, así como de maestros de la escuela a la que asistían.
Las dos pequeñas recibieron este viernes cristiana sepulura, previa misa de cuerpos presentes que fue oficiada a las 09:00 horas en la funeraria en donde estuvieron siendo veladas.
Sus funerales fue toda una gran muestra de consteernación, de mucho dolor y tristeza para todos sus seres queridos quienes asistieron para despedirlas.
Los trabajadores de la funeraria sacaron uno a uno, decenas y decenas de arreglos florales que fueron enviados con cariño y respeto a las pequeñas, que eran primas hermanas.
Mucho llamaron la atención las formas y colores infantiles de los arreglos, había desde ositos, hasta perritos, mariposas y unicornios.
Fue entonces cuando partió la carroza con el contingente a sus espaldas, haciendo una primera parada en la Escuela Primaria Rafael Ramírez, en Infonavit Humaya, donde Leydi de 11 años cursaba el sexto grado, y Alexa de 7 cursaba primero.
Ahí, la madre de una de sus compañeras compartió, con su voz entrecortada, el pesar y la tristeza que representa esta pérdida para todos los amigos y compañeritos de las niñas, además, exigió a las autoridades hacer justicia en este caso.
«Queremos paz para Culiacán, no sabemos si mandar a los niños a la escuela, queremos que estén tranquilos y lleguen a casa sanos y salvos, estamos con dolor porque son compañeras, están muy dolidos y queremos paz y queremos que hagan algo porque es una injusticia».
Posteriormente, la comitiva se trasladó al domicilio de las menores, donde se realizó una íntima ceremonia.
El recorrido finalizó en el panteón Renacimiento.
Ahí arribaron familiares y amigos de las pequeñas, todos con una playera blanca y una fotografía de ambas, Alexa a la izquierda con un vestido amarillo, y Leydi a la derecha con un vestido lila.
Aferrados a sus féretros hasta el último momento, los padres y hermanos de ambas primas exclamaban con dolor su incredulidad por lo sucedido, y ahí se despidieron por última vez de sus cuerpos.
