Ajustes políticos del fin de año

Ajustes políticos del fin de año; columna política del licenciado Bulmaro Pacheco Moreno

Ajustes políticos del fin de año; columna política del licenciado Bulmaro Pacheco Moreno.

Escribe: Licenciado Bulmaro Pacheco Moreno

La semana que termina fue de definiciones y dilemas parta el Partido Movi-miento Ciudadano y para los equipos de campaña de las dos candidatas a la Presidencia de la República.

Movimiento Ciudadano se quedó sin candidato por los propios errores del gobernador de Nuevo León, al demostrar novatez y soberbia política por presionar al Congreso de Nuevo León para que se sometiera a sus decisio-nes y caprichos, como en los viejos tiempos de los cacicazgos políticos.

La dirigencia nacional de su partido, en lugar de reconocer sus propios erro-res, arremetió contra sus villanos favoritos (PRI y PAN) y en automático, sin un ápice de autocrítica, su líder máximo declara cancelado —sin discutir ni debatir— el bloque legislativo en el Congreso de la Unión, sin más motivo que el pasarles la factura y culparlos ante la opinión pública del fracaso de MC en Nuevo León.

Además, dijo que anunciaría la candidatura presidencial a finales de enero del próximo año y, de refilón, que van a ganar la elección presidencial. ¿De verdad, y a 27 años de la fundación de un partido que ha vivido de las alian-zas con otras fuerzas en elecciones presidenciales se creerá sus propios dichos como se los creyó en las elecciones de Estado de México y Coahuila con los resultados de sobra conocidos?

Desde un principio, tanto en Morena como entre sus críticos, se apostó que Marcelo Ebrard no iba a abandonar Morena en caso de perder la nominación presidencial. Ebrard hizo fintas, tanteó, amenazó y al final dejó plantados a sus seguidores y a quienes pensaron postularlo.

Movimiento Ciudadano le apostó hasta el final a la candidatura de Ebrard y descuidó flancos importantes como Jalisco y sus bases internas al no aten-der a tiempo sus llamados a abrirse y —dejar de pensar en ir solos a la campaña presidencial— no hacerle el juego a Morena y su candidata.

Se le fue la oportunidad a Movimiento Ciudadano de alcanzar los dos dígitos en los resultados electorales del próximo junio. No se ve cómo.

Cuando debutaron como partido político en la elección del año 2000 lo hi-cieron apoyando la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas junto al PRD, PSN, PT, PAS y ellos como Convergencia por la Democracia. No ganaron, pero en alianza conservaron el registro como partido político.

En 2006, otra vez como Convergencia, apoyaron la alianza llamada “Coali-ción por el bien de todos” y participaron apoyando la candidatura de Andrés Manuel López Obrador junto al PRD y al Partido del Trabajo.

En 2012 nuevamente apoyaron a López Obrador en la alianza “Movimiento Progresista”, junto al Partido del Trabajo y el PRD, pero ahora con nuevo nombre: Movimiento Ciudadano.

Cambiaron la estrategia en 2018 al apoyar a Ricardo Anaya en la alianza “Por México al Frente”, ahora junto el PAN y el PRD.

Todo hacía suponer que para finales del 2023 ya estaban preparados para ir por su quinta elección presidencial el próximo año, ahora solos.

Pero como se apuntó, se rebeló Jalisco, falló Marcelo —cuando todos supo-nían que saldría de Morena— y lo postularía MC, y les falló Samuel García que, dígase lo que se diga, manejó con suma torpeza aderezada con sober-bia una candidatura que duró diez días.

Se les juntaron las crisis por errores de operación de ellos mismos, pero insisten en los fantasmas que a cada rato señalan.

¿Qué va a hacer ahora el partido Movimiento Ciudadano? Creo que todavía no lo saben, y ya anunciaron enero para definir la candidatura principal bus-cando subir a dos dígitos en la primera elección presidencial en la que irían solos y sin alianzas.

Por otra parte, las dos candidatas presidenciales presentaron a sus equipos de campaña en esta semana. No hubo mayores novedades.

Para el PAN resultó novedad la incorporación al equipo de Claudia Shein-baum de Javier Corral, el ex gobernador de Chihuahua, afamado por llevar a la cárcel a su antecesor César Duarte y por oponerse férreamente a Maru Campos como candidata del PAN al gobierno de Chihuahua.

Para los priístas fue sorpresiva la incorporación en el equipo de Morena del exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, quien hasta hace muy poco tiempo afirmaba buscar la candidatura presidencial en el PRI.

Murat se sumó a la lista de ex gobernadores priistas que perdieron sus Es-tados ante Morena, lo que elevó las sospechas…Ya de por si.

El ministro de la corte Zaldívar también fue novedad para algunos, aunque ya se conocía de sus acercamientos con Morena cuando calló ante el anun-cio de que se reformaría la Ley Orgánica del Poder Judicial, para ampliar dos años su presidencia en la Suprema Corte de Justicia.

Se trata de un conjunto de personas que representan experiencias del pa-sado inmediato. Juan Ramón de la Fuente, por ejemplo, fue secretario de Salud en el gobierno del priista Ernesto Zedillo. Ahora trabaja para Morena y en el sexenio que termina se le dio la oportunidad de ser embajador de México ente la ONU.

Por el lado de Xóchitl Gálvez la novedad ha sido la incorporación del exse-cretario de Hacienda, Carlos Urzúa, que a principios del sexenio de López

Obrador renunciara al cargo por desacuerdos internos con el equipo cer-cano al presidente y resultó exhibido en una de las conferencias mañaneras como “neoliberal”.

Ninguna novedad representa los equipos anunciados porque se trata de per-sonas que ya habían estado en el frente de lucha, tanto en Morena como en el Frente por México. Ha sido un buen esfuerzo en ambas partes de sumar a los perdedores de la contienda interna para enviar señales de unidad. Así se anuncian también a representantes de Ebrard, Ricardo Monreal, Noroña y Adán Augusto López, Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo, Josefina Vásquez Mota y Margarita Zavala.

Menuda tarea les esperas a cada uno de ellos, sobre todo a la hora de definir los proyectos estratégicos del próximo gobierno, ante los fracasos evidentes del gobierno en materias tan sensibles como Seguridad Pública, Educación, Salud y Estado de derecho.

Entre finales de diciembre y mediados de febrero del próximo año irán anun-ciando las candidaturas al Senado y a la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión. Ahí también se verá seguramente alguna tarea de conciliación política incorporando a personajes representativos de ambas corrientes po-líticas, ya en disputa por la Presidencia de la República.

Serán 64 candidatos al Senado por partido, más 32 de lista. También 300 candidatos a diputados federales, más 200 de representación proporcional. Ahí se verán los equilibrios políticos en conciencia de los partidos en juego, porque ganar el Congreso será vital para —o ser contrapesos del poder—o impulsar las reformas que dice López Obrador que le quedan pendientes para el próximo septiembre que se inauguran los trabajos del Congreso electo en junio.

La tarea más complicada estará en el Congreso de la Unión, sin duda. Y donde ambas alianzas pelean lograr 333 diputados federales para obtener la mayoría calificada y 86 votos en el Senado. Solo así podrían emprenderse las reformas constitucionales pendientes, pero falta lo más importante: El voto libre y secreto de los mexicanos.

A punto de terminar el año, nada para nadie todavía aunque las intensas campañas de una parte insistan en que la elección ya está decidida a 170 días del próximo 2 de junio. Faltan algunos acontecimientos políticos que se irán presentando en las próximas semanas para tener más herramientas para el juicio político…Y sobre todo para una mayor veracidad en las en-cuestas.

bulmarop@gmail.com